Historias de migrantes
Prensa Hispana
Del 31 de marzo al 6 de abril del 2004
Phoenix, AZ.
Edición: 652.
Samuel Murillo
Jason López, estudiante de ingeniería en construcción en la Universidad de
Arizona (ASU) campus Tempe, es un joven que se siente orgulloso de ser mexicano.
Tiene 20 años. Nació en San Luis Río Colorado, México, pero toda su vida de
estudiante la ha pasado en escuelas de Estados Unidos.
Cuando egresó del High School, en Yuma, Arizona, estaba indeciso entre acudir a
la Universidad del Tec de Monterrey, en México y la ASU, en Tempe; optó por esta
última.
Jason es bilingüe, pero confiesa que sintió miedo de no poder sacar adelante la
universidad en México, a causa de complicaciones con el idioma español. Y es que
a pesar de que creció en la frontera del lado mexicano, toda su educación la
aprendió en inglés.
No obstante ahora que se encuentra lejos de su país, trata de conservar su
cultura y el idioma español.
Trata, dice, de cuando habla español, hacerlo correctamente. Le molesta que
entre sus “paisanos” utilicen el “espanglish”, ya que eso demuestra que están
desvirtuando su idioma.
Hace tres años se mudó a un departamento en Tempe. Lejos de su ciudad natal,
dice que extraña la comida mexicana y la música rock pop en español. En el Valle
de Sol hay pocas opciones en antros, donde se toque música rock pop en español.
Trabaja y estudia
Jason, además de estudiante es empleado de seguridad, en el museo de arte de la
ASU, en Tempe.
Al salir de clases se va a su empleo. Sólo descansa de su trabajo el domingo; de
la escuela nunca tiene descanso, comenta.
Él y otro joven, por cierto nativo de San Luis, Sonora, son los únicos empleados
bilingües del museo.
Mientras atiende a una persona que solicita información en español, es abordado
por PRENSA HISPANA.
¿Cómo es la vida de un estudiante hispano en este país?, se le pregunta.
“Más díficil que para cualquier estudiante nativo de Estados Unidos, inclusive
entre el alumno hispano se da un choque cultural por el mal manejo del idioma”,
responde.
En una ocasión, platica, en la revista de la escuela apareció publicado un
artículo sobre la inmigración, en el cual se leía unos conceptos en contra de
los hispanos.
“No me gustó lo que decía el artículo, me puse a redactar una carta y la envié a
los editores para responder que estaba inconforme con el comentario”, señala.
Defiende el español
Jason López se considera un defensor del idioma español. “Mucha gente cree que
con comer tacos, escuchar mariachi y ver películas del Santo y de “Chabelo”, ya
está conservando su cultura mexicana”, manifiesta.
“Lo que deben hacer para conservar la cultura es hablar adecuadamente el español
y luchar porque no se pierda el idioma”.
Recuerda que cuando entró en la ASU, desde el primer día sintió un “choque
cultural” entre sus mismos paisanos.
Después de un año comenzó a sentirse mejor, cuando se encontró con un grupo de
estudiantes internacionales, entre ellos dos argentinos que hablaban bien el
español.
“Cómo es posible que ellos (de otros países) sí conserven su idioma y nosotros
tengamos que desvirtuarlo al grado de que algunos se les olvida”, reflexiona.
Es muy importante que el mexicano se identifique y siga apoyando a los medios en
español y su cultura, puntualiza.
El semanario Prensa Hispana se publica el día miércoles. Comentarios y
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