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Efectos persistentes de la Proposición 227
La Opinión
August 22, 2003
José Fuentes-Salinas (Los Angeles, California)


Continúa el debate sobre los méritos y problemas de la educación bilingüe

A cinco años de haberse aprobado la Proposición 227, que prácticamente dio fin a la educación bilingüe en California, ésta sigue siendo objeto de debate.

Busque en la edición del día 26 el suplemento especial de ‘La Opinión’ titulado “Padres en la escuela”, que es una guía para promover la colaboración de los padres y maestros en la educación de sus hijos. Su objeto es dar pistas oportunas para ayudar a los niños a alcanzar el éxito en la escuela y en la vida.

Algunos consideran que ha sido un rotundo fracaso, mientras que otros señalan que todavía es prematuro hacer una evaluación definitiva de sus efectos.

Entre los que consideran que la proposición no ha dado resultados se cuenta Denis O’Leary, representante de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) de la región oeste.

Como prueba del fracaso de esta medida, O’Leary señala que las cifras del propio Departamento de Educación indican que el 92.3% de los estudiantes que no hablaban el inglés de manera fluida fracasaron en aprenderlo en el período 2002-03, a pesar de que han pasado ya cinco años de haberse implementado el sistema de inmersión total, que sustituyó al programa bilingüe.

Según LULAC, el fracaso del programa de inmersión es evidente desde hace varios años. En 1999, el 92.4% de estudiantes fallaron en aprender bajo los programas de inmersión; en 2000, la cifra fue del 92.2%; en 2001, del 91%; en 2002, del 92.2%; en 2003, del 92.3%.

“El problema mayor de todo esto es que, sin los programas bilingües, estos niños también se están atrasando en otras materias académicas”, expresó O’Leary.

Sin embargo, el millonario Ron Unz, autor y principal impulsor de la 227, negó estas acusaciones y calificó de “insensatez” lo que sostiene LULAC.

“Desde que se aprobó la Proposición 227, el número de estudiantes que dominan el inglés por arriba del promedio nacional se duplicó”, dijo Unz, “y los puntajes de los estudiantes que están en el programa de inmersión son tres veces mejores que los que están en educación bilingüe”.

Afirmó, además, que la escasa reclasificación de los estudiantes que aprenden de manera fluida el inglés “se debe a que con esto las escuelas pierden dinero y no les conviene”.

Sin referirse a fondo a las aseveraciones de Unz, pero en respuesta directa a la acusación de LULAC, Bob Anderson, administrador de la División de Estándares Académicos del Departamento de Educación, dijo que las autoridades del estado nunca esperaron que los estudiantes dominaran de manera fluida el inglés en sólo un año.

“Lo que dice LULAC en un sentido es verdad, pero nosotros nunca pensamos que los estudiantes en un año [de inmersión] hablaran de manera fluida el inglés”, dijo Anderson.

Por otra parte, aseguró que, aunque la decisión de reclasificar a los estudiantes que aprenden inglés se basa en recomendaciones de maestros y otros criterios, “no es asunto de dinero”, como supone Unz.

La semana pasada, el secretario de Educación, Jack O’Connell, había anunciado que el número de estudiantes que presentaron el examen SABE/2 en español había disminuido de 108 mil, en 2002, a 103 mil en 2003, indicando que un mayor número de escolares de kinder al grado 12 están aprendiendo inglés.

Luego de varios años en que el debate en torno al bilingüismo llegó a su punto más alto, algunos argumentos aún se repiten.

El vocero de LULAC argumenta que la 227 es “opresiva” y que dejó el bilingüismo sólo para grupos más privilegiados que pueden estar en programas de doble inmersión (inglés-español).

Unz enfatiza que lo que se entendía por educación bilingüe “en realidad significaba todo en español”, y en cuanto a la doble inmersión (donde los niños que hablan inglés son puestos en grupos en español) “no hay evidencias de que funcione”.

Mientras tanto, LULAC advierte a los padres que van a enviar a sus hijos de regreso a clases, que pueden optar por la educación bilingüe.

Para el profesor universitario Francisco Ramos, es significativo que en una encuesta nacional entre padres latinos llevada a cabo el año pasado por la AOL Time Warner Foundation y la revista People en español, el 95% de los encuestados hayan declarado estar en favor de la educación bilingüe.

A juicio del profesor, los resultados de esta encuesta no significan, como quieren hacer creer algunos, que los padres se opongan a que sus hijos aprendan inglés. Lo único que quieren, dice, es que lo hagan mediante métodos en los que se usa el idioma natal como apoyo.

Rosario Trejo, una madre de familia de South Gate, manifiesta, a su vez, que lo más importante para ella es que sus hijos aprendan inglés lo antes posible, al margen del método.

“Yo lo único que quiero es que mis hijos aprendan inglés y que los maestros usen el método que sea más rápido y fácil. Si al mismo tiempo pueden conservar su español, me parece muy bien. Lo que sí no me parece bien es que los tengan años perdiendo el tiempo”, afirma.

En detalle

* Estudiantes que aprenden inglés en California (ELL): 1,599,542 (25.6%)

* Estudiantes reclasificados en la categoría de hablantes eficientes: 120,122 (7.7%)

* Estudiantes que eligieron la educación bilingüe (waivers): 151,836 (9.7%)

* Estudiantes que fallaron en ser reclasificados: 1,479,420 (92.2%)