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MAURO MUJICA  PRESIDENTE DE US ENGLISH No queremos una nación dentro de la nación’
La Opiníon
November 9, 2003
Róger Lindo,

Hace 25 o 30 años las cosas marchaban bien. Los inmigrantes llegaban, se asentaban y terminaban siendo asimilados en ese caldero de altas temperaturas llamado melting-pot. Pero en el último cuarto de siglo aparecieron las libertades civiles, el vicio de lo políticamente correcto y —más grave aún— a los dirigentes latinos les dio por crear “derechos de lenguaje” en la nación. Por ello, si antes hubiese sido absurdo que Estados Unidos decretara una lengua oficial, hoy es una tarea impostergable.

Así se resume la filosofía de US English, según la presenta Mauro Mújica, presidente de esta organización. Descendiente de vascos nacido en Chile, llegó a Estados Unidos en 1965, se graduó en Columbia University, es hombre de negocios y viaja mucho por el mundo. No va a Latinoamérica desde “hace muchísimos años” y, de hecho, no se siente latinoamericano. Tiene sus negocios principalmente en Europa. Hace 10 años fue invitado a pertenecer al directorio de US English y un año después asumió como presidente. Mújica aclara de entrada y vuelve a repetirlo a media entrevista: “Yo no soy político, ni me gustan nada los políticos. Yo soy arquitecto de profesión”.

Si la mayoría de países del mundo tiene una lengua oficial, argumenta, ¿por qué no va tenerla Estados Unidos. “De hecho —señala— México y todos los países de Latinoamérica que yo puedo recordar tienen un idioma oficial, incluso tenían una religión oficial hasta hace poco”.

Mújica sostiene que la proliferación del español en Estados Unidos puede terminar creando “una nación dentro de la nación”.

A continuación fragmentos de la entrevista al director de US English.

¿Qué persigue US English?

Desde el punto de vista nuestro, es necesario poder establecer una política lingüística en un país tan diverso como Estados Unidos. Por cientos de años nunca hubo ningún tipo de duda de que el inglés era el idioma del país y que los inmigrantes que llegaban aprendían el inglés, se asimilaban y se hacían parte del melting-pot. En los últimos 25 ó 30 años, debido a este asunto de civil liberties o libertades personales, etc, y a la manía de lo políticamente correcto, de repente los líderes —no los inmigrantes— sino lo que yo llamo los líderes autoelegidos de los inmigrantes, han empezado a crear “derechos de lenguaje”. Como parte de estos están pidiendo que se haga todo para cualquier persona en cualquier idioma que se desee. Con ello están demorando y quitándole incentivos de aprender el idioma del país a los que llegan.

¿Qué hay que hacer entonces?

Creemos que el énfasis debe ponerse en enseñar inglés a los inmigrantes, no en tratar de resolver todo en cualquiera de los 329 idiomas que tenemos en este país. No se hace suficiente para ayudar a un inmigrante que llega a este país… Estamos hablando de los legales, obviamente.

Pero, eventualmente, los hijos de los inmigrantes hablarán inglés.

En mi casa yo hablo español con mi esposa y con mis hijos, pero nosotros no somos los hispanos típicos de este país. Es cuestión de salir a la calle y hablar con gente que no tiene oportunidad de aprender inglés y está trabajando en dos o tres trabajos al mismo tiempo, y que llega a la casa y lo que menos tiene es tiempo para empezar a aprender inglés.

A un hispano de clase baja se le hace difícil aprender inglés, a menos que reciba ayuda, y esa ayuda no existe.

¿Qué tipo de programas debiera implementarse?

Hay un programa que se llama ulpanen, que creó el estado de Israel para ayudar a los inmigrantes y eso es lo que estamos tratando de replicar en este país. Cuando un inmigrante llega a Israel, el ulpan le da dinero para que subsista por cinco o seis meses, de tal manera que no tenga que salir y conseguirse cualquier trabajo que necesite para sobrevivir. En el ulpan le enseñan no sólo el hebreo, el idioma del país, sino también cómo sobrevivir en Israel. A nosotros nos parece un buen programa, lo hemos estudiado y estamos empezando a tratar de replicarlo, primero en la zona de Washington. Si funciona bien, vamos a llevarlo al resto del país. Vamos a abrir estas escuelas y vamos a darle dinero a la gente para que pueda estudiar. En vez de ir a freír huevos por ahí o estacionar autos les damos el mismo dinero para que puedan estar en la escuela todo el día. Eso es lo que creemos que el gobierno debiera estar haciendo. El gobierno tiene las puertas abiertas para los inmigrantes, pero no está haciendo absolutamente nada para ayudarles.

¿Aceptarán inmigrantes sin papeles?

No vamos a hacer preguntas. Si alguien se aparece y quiere aprender inglés no le vamos a preguntar si es legal o no es legal. No vamos a actuar de policías. Si alguien quiere aprender inglés, le vamos a enseñar inglés.

¿Cómo se financiarán?

De gente que dona dinero. Eventualmente debiera ser del gobierno, pero al principio estamos pidiendo dinero a fundaciones, a individuos, a gente que quiere ayudar a solucionar el problema.

¿En qué situación se encuentra su moción para oficializar el inglés?

Tenemos 98 copatrocinadores en la Cámara Baja. Tenemos los votos para pasarla, sólo estamos esperando que se reanuden las sesiones en enero o febrero. De ahí esperamos tener un voto y llevarlo al Senado. Esperamos tener suficiente tiempo para trabajarlo antes de que cambie este Congreso. El problema es la Casa Blanca, que está tratando de reelegir al Presidente, y no va a querer tocar esto ni por broma por el llamado voto hispano.

¿Es que no existe un voto hispano?

Se cree que el voto hispano es un bloque de votos y eso es absurdo. Ninguno de nosotros votamos en bloque. Somos gente inteligente y votamos por quien se nos ocurre votar… Si existiera ese llamado bloque latino, hubieran votado por [Cruz] Bustamante [en las elecciones recientes de destitución].

¿Que suerte correrán las lenguas indígenas si se declara el inglés como lengua oficial?

Están protegidas por ley federal. Además, es una de las excepciones de nuestro proyecto de ley. Por otro lado, cuando hablamos de idioma oficial no estamos hablando del idioma oficial de un individuo, sino del idioma oficial del país. No estamos cayendo en el absurdo en que han caído algunos países que prohíben que la gente use su idioma, como se hacía en España en la época de Franco, en que se prohibía a los vascos y a los catalanes que usaran su idioma. De hecho, yo estoy muy a favor del multilingüismo. Yo hablo cuatro idiomas y estoy estudiando ruso… a los 62 años. ¿Por qué? Porque me gustan mucho los idiomas y viajo mucho a Rusia.

¿Cómo afectaría su proyecto de ley a Puerto Rico?

Puerto Rico no es parte de Estados Unidos. Es un estado asociado, es independiente. Si se convierte en estado ahí se arma la grande, y por eso estamos en contra de que se convierta en estado…. Porque si tenemos un estado donde el 75% es de habla hispana ¿en qué pararían Arizona, California y todos los demás estados? Además, desde el punto de vista personal, yo creo que sería un error que Puerto Rico tratara de incorporarse a este país porque tienen lo mejor de dos mundos: tienen su propio país independiente y tienen la ciudadanía norteamericana. Si yo fuera puertorriqueño, estaría feliz con lo que tenemos ahora.

¿Qué piensa de las iniciativas para acabar con la educación bilingüe?

No estoy en contra de la educación bilingüe, pero los programas de educación bilingüe tal como se estaban implementando estaban retardando el aprendizaje del inglés. Nosotros favorecemos lo que se llama el ESL (English as a Second Language), en el que los chicos van a la escuela y se les enseña el inglés, en vez de enseñarles cada materia en el idioma nativo.

¿Hay quienes asocian a su organización con la agenda antiinmigrante?

Los grupos que tienen como profesión ser hispanos, en vez de dedicarse a ser gente de este país, le han tratado de dar un tono al grupo que no tiene que ver en absoluto con lo que este es. Nosotros no tenemos agendas ocultas, sólo queremos que el inglés sea el idioma oficial de este país. A mí me han dicho en mi cara que sólo soy una figura decorativa, lo cual es absurdo. Yo soy el presidente de US English y nadie puede expedir un cheque a menos que yo lo firme. Tengo completo control de cómo funciona, de lo que se dice y de lo que no se dice, y tengo completo control de mi directorio.

¿Le molesta que en vez de ‘melting-pot’ tengamos una convivencia entre culturas?

No hay ningún problema, pero convivencia de culturas no quita el asunto del idioma oficial. A propósito, en Europa usan mucho la palabra “incorporarse” en vez de “asimilarse”… A mí me gusta mucho el término “integrarse”. La diferencia entre asimilación e integración es que la persona que se asimila serían nuestros hijos, por ejemplo, que aunque tengan padres hispanos, están completamente asimilados dentro de lo que llamaríamos el “melting-pot”. Gentes como yo están más bien integrados, porque yo sigo funcionando como un hispano. Por mucho que yo trate, jamas voy a considerarme —ni la gente va considerarme— un “gringo”. Los líderes hispanos están tratando de conseguir language rights para el español, lo que nunca antes ocurrió. A mí no me cabe duda que dentro de 30 años a alguien se le va ocurrir declarar al estado de California como un estado bilingüe.

¿Y qué hay de malo con eso?

No quiero conjeturar.