Evaluarán enseñanza de inglés
La Voz
Dec. 22, 2004 10:12 AM
Por Valeria Fernández
El Departamento de Educación comenzará a evaluar con una prueba igual en todo el
estado el dominio del inglés de los estudiantes que lo hablan como segundo
idioma.
El propósito de esta medida es determinar si las escuelas les están enseñando
bien, dijo Margaret García-Dugan, asistente del superintendente.
El único cambio en realidad es que bajo la ley de educación federal llamada “Que
Ningún Niño se Quede Atrás”, se estableció que todos los estudiantes cuyo primer
idioma no es el inglés tomen la misma prueba.
Anteriormente no todas las escuelas utilizaban el mismo examen, pero mediante
una prueba única sería más fácil compilar datos sobre el desempeño académico de
las escuelas en la enseñanza de inglés.
“(El gobierno federal) va a empezar a fijarse si tenemos distritos escolares que
no están enseñándole bien a los jóvenes”, dijo García-Dugan.
El examen, conocido como SELP (Stanford English Language Proficiency) comenzaría
a administrarse de forma uniforme en la primavera del año entrante, y los
resultados del mismo se analizarán en los años venideros.
El SELP consiste de la evaluación
de tres aspectos, lectura y escritura, conversación y comprensión del inglés.
Según explicó García-Dugan, este examen es para que los jóvenes demuestren qué
nivel tienen en el dominio de inglés ajustándose de forma diferente para
evaluarlos dependiendo del grado escolar que vayan a cursar, ya que no es lo
mismo el nivel del idioma que se espera de un niño en el primer grado, que de
uno a punto de graduarse de la secundaria.
¿Por qué los jóvenes bilingües deben tomar esta prueba?
Cuando los padres registran a sus hijos en las escuelas se les hace llenar un
formulario donde se les pregunta si los menores hablan más de un idioma, cuál es
su lengua materna, o si hay alguien en la casa que hable otro idioma diferente
al inglés.
Si la respuesta a estas preguntas es positiva el distrito escolar les hace tomar
una prueba obligatoria para determinar si necesitan ingresar a un plan de
inmersión en el inglés constituido por clases de inglés conocidas como ELL.
En caso de que el estudiante pase el examen, puede inscribirse en clases
regulares, de lo contrario las escuelas recomiendan que tome clases especiales.
Pero esa decisión queda en manos de los padres.
“Los padres se pueden negar a que sus hijos ingresen en esas clases, no son
obligatorias”, subrayó García-Dugan.
Los estudiantes que toman las clases de apoyo serán evaluados al menos una vez
al año para determinar su progreso, de allí la importancia de que el examen sea
igual en todas partes para poder analizar el progreso de las escuelas.
“Puede ser que de allí nos demos cuenta si los profesores están bien entrenados”,
concluyó.
Los estudiantes que son bilingües también son objeto de esta prueba, pero no
deben tomarla más de una vez si demuestran dominio del idioma.
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