Tras El Fin De La Educación Bilingüe

La Opinión, 3 de april de 2000
Elena de la Cruz
Reportera de La Opinión

Los alumnos de Henry Amigo, en su clase de tercer grado, estudiaban en español por encima de su grado, y estaban empezando a hacerlo en inglés. Pero eso era un año antes de que las clases tuvieran que ser en inglés solamente.

"Hoy sólo repasamos escritura, lectura y matemáticas en inglés, una y otra vez. Y usamos conceptos mucho mas simples," indica este maestro de tercer grado de la primaria Fair, en North Hollywood.

El cambio se produjo con la aprobación en 1998 de la Proposición 227, que eliminó las clases bilingües del currículum escolar de California.

A muchas millas de la escuela Fair, en una escuela de centrosur de Los Angeles, una maestra de párvulos que desde la 227 ensena en ingles, se enfrenta a una situación similar a la que vive Amigo. Sus alumnos se han retrasado académicamente desde que han de aprender sólo en inglés.

En el salón que comparte con una clase de parvulario bilingüe, observa a los alumnos que todavía aprenden en español. Sentados sobre una alfombra de colores, los niños miran atentmente un libro sobre plantas que sostiene la maestra bilingue entre sus manos.

"¿Por que este árbol no tiene hojas?", les pregunta en español.

Se levantan mucha manos. La maestra apunta a uno de los niños.

"Porgue es invierno", responde el.

Otro, sentado en la parte de atras agreg: "En mi casa hay un árbol que no tiene hojas y me gusta subirme".

Este es el tipo de diálogo que las maestra que enseña sólo en inglés echa de menos en su aula. Ni ella ni su companera quieren identificarse.

"Cuando presento el mismo libro que en la clase bilingüe, la discusión no va tan a fondo. Un niño en mi clase puede decir al mostrarle el texto: ‘Tree’ y luego vivarse y decirle a su amigo en espanñol ‘mi mama y no nos subimos a un árbol y agarramo las manzanas’ ".

"Así es como aprenden los niños, especialmente entre sí, pero en inglés casi no hacen comentarios porque no saben cómo decirlo", se lamenta la maestra.

"Los padres piensan que porque van a recibir puro inglés será mejor, pero yo me pregunto por el desarrollo intelectual de los niños", afirma, señalando que sus alumnos escriben peor y tienen meno vocabulario que los de la clase paralela bilingüe.

Desde la implementación de la Proposición 227, que acabó con la educación bilingüe en miles de aulas del estado, los padres de estudiantes que no dominan el inglés tienen tres opciones: pedir una exención para que sus hijos continúen en clases bilingües o escoger entre dos programas de inmersión al inglés.

Entre esos dos modelos hay una diferencia importante: bajo el B, las materias son explicadas en inglés pero el maestro puede aclarar conceptos en español. En el A, sin embargo, el maestro no puede aclarar en español ningún concepto, aunque el niño no entienda lo que se dijo en inglés.

Resultados

En el segundo año escolar desde que fuera aprobada la Proposición 227, los resultados académicos en Los Angeles no son del todo esperanzadores.

Sólo el 2% de los estudiantes que estuvieron en clase de aprendizaje monolingue en inglés, ya sea en modelo A o B, consiguieron integrarse en clases de dominio de este idioma, según datos del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD).

La Proposición 227 establece que los niños deben aprender ingles en un año, algo que pocas veces sucede.

"Con el tiempo ha demostrado ser muy poco realista", opina Rita Calderón, administradora de la Rama de Adquisición del Lenguaje del LAUSD.

Los niños asignados al modelo A o B que no han conseguido dominar el inglés han pasado al grado siguiente, pero continúan en uno de los dos modelos. Esto les retrasa en muchas materias, dicen padres and maestros.

Pero para algunos de ellos, el retraso vale la pena. "Prefiero que se retrase ahora pero que a la larga sepa inglés", afirma Reina García, cuya hija, en modelo B, va a repetir primer grado por sus carencias en lengua inglesa. Su hijo, por el contrario, ha progresado favorablemente bajo el modelo B.

Henry Amigo, el maestro de la escuela primaria Fair, ha observado el retraso que el nuevo sistema causa en los niños. Antes de la 227, sus estudiantes aprendian a leer y escribir en español y les era facil trasladar esos conocimientos para hacer la transicion al inglés.

"Hoy la transición les está resultando mucho mas dificil. Estan aprendiendo inglés, pero a costa de muchos esfuerzos", agrega. Estos esfuerzos son no tener recreo despúes de la comida, y quedarse a clases extras, de dos a cuatro de la tarde, despúes de finalizar su horario escolar normal.

Por Debajo Del Minimo

Aunque no existen todavía estudios que arrojen resultados del progreso de los niños hispanohablantes tras el fin de la educación bilingüe, un examen de rendimiento académico para todos los niños de California desde segundo al undécimo grado, conocido como Stanford 9 y establecido desde hace dos años y medio, ha resultado indicativo de las dificultades de aprendizaje que padecen los alumnos a quienes se enseña en inglés exclusivamente.

En Los Angeles han obtenido calificaciones en el examen Stanford 9 bastante por debajo de la media del destrito en todas las materias. Aunque son cifras alarmantes, era algo que el distrito esperaba.

"Son niños que están aprendiendo el inglés, están en otra categoria", indica Rita Calderón.

Stephen Krashen, profesor de educación, cita otros parámetros, como un estudio realizado por una organización opuesta al programa bilingüe, de nombre Read, en varios distritos de California, entre ellos el del condado de Orange.

"Al analizar sus datos hemos concluido que después de un año un número sustancial de estudiates no ha adquirido un dominio intermedio del inglés, el nivel mínimo necessario para entender materias especificas de cada grado", afirma Krashen.

En el condado del Orange, despues de que niños hispanohablantes asistieran a un programa de aprendizaje en inglés durante un año, el 26% del los estudiantes estaban en el nivel más bajo de inglés y solo el 23% adquirió un nivel de dominio intermedio, agrega Krashen basándose en los datos de Read.

El LAUSD desarolla un plan de recuperación para los estudiantes en clases monolingües de aprendizaje en ingles, explica la administradora de la Rama de Adquisición del Lenguaje.

"Sabemos que estos niños se retrasaran en ciertas materias, especialmented en el modelo A, en que no se les puede hablar en español para aclararles conceptos. Se trata de establecer una capacitacion para maestros, para que sean más eficientes en la educación".

A Nancy Ichinaga le intrigan estos pobres resultados, pues es una ferviente defensora de la inmersión rapida en inglés. Directora de la escuela primaria Bennett-Kew, en Inglewood, suprimió la educación bilingüe antes de nacer la 227.

"En kindergarten los niños aprenden muy rápido. Por supuesto, tenemos asistentes bilingües que les explican lo que no entienden. No dejamos a nadie ahogarse. Pero en esta escuela salen de kindergarten sabiendo leer y escribir pequeñas palabras en inglés, sean estudiantes de lengua materna española o inglesa", indica Ichinaga, cuyos estudiantes de primer grado obtuvieron en el examen Stanford 9 resultados por encima del 80% del los estudiantes de la nación en lectura y matemáticas.

Si los niños ingresan en Bennett-Kew sin saber inglés en segundo o tercer grado asisten a las clases normales, pero reciben clases normales, pero reciben clases de ingles como segundo idioma y les dan apoyo extra. Si un nino no puede leer en inglés en segudo grado, deben repetir primero.

"Yo sólo hablaba japonés cuando comencé la escuela y en un ano aprendi inglés. La mente infantil es muy abierta, pueden aprender rápidamente si les dan el apoyo para hacerlo", afirma Ichinaga.

Los Padres Deciden

En el distrito de Los Angles, los padres han solicitado el modelo A o B en números muy parecidos al año pasado. Existen hoy aproximadamente 113 mil estudiantes en modelo B; 73 mil en el modelo A; y 24 mil permanecen en el porgrama bilingüe.

Hay maestros y coordinadores de padres, sin embargo, que indican que la decisión del padre depende mucho del tipo de información que le ofrece la escuela, que a su vez depende mucho de la voluntadad y filosfía del director.

Tras algo más de año y medio de haber pedido la asignación de sus hijos a uno u otro modelo de aprendizaje, hay dos sentimientos generalizados entre los padres. Por un lado, están aquellos que no se preocupan porque sus hijos progresan adecuadamente o porque prefieren que éstos aprendan inglés aunque se retrasen. Por otro, están los preocupados porque sus hijos no progresan.

Este último es el caso de Alejandra López, madre de una estudiante en modelo B en la escuela primaria Union. Está en tercer grado y todavía no sabe leer ni escribir en inglés, aungue lee en español gracias a lo que aprendió hasta mediados de segundo grado.

"Veo un progreso con el inglés, pero me preocupa el retraso de mi hija y cómo le afectarà con el resto de las materias", afirma López.

En su caso escogió el modelo B porque el maestro de la clase bilingüe de su hija no hablaba español y la niña no aprendía en ninguno de los dos idiomas.

"Así por lo menos aprende el inglés", dice Lopez.

Sin embargo, aunque escogió el modelo B, donde en teoría hay que explicar en español lo que no se entiende del inglés, considera que su hija es como si estudiara bajo el modelo A, donde no pueden recibir aclaraciones en español, pues el maestro no habla este idioma.

Este caso no es aislado, según una maestra bilingüe del LAUSD, que prefirió no ser indentificada.

"Se retrasan en sus materias y se plantea enviarles educación especial. Consideran que están en modelo B, cuando en realidad no lo estan y, pensando que reciben apoyo en su lengua materna, se achaca el retraso a un problema de aprendizaje. Hay estudiantes latinos que están acabando en cases de educación especial por culpa de una mala implementación de los programas de inmersión en inglés" afirma esta maestra.