Enero 12, 2005
El reporte, publicado en días recientes, le otorga al estado una calificación de D, lo que equivale a casi reprobar a Arizona en lo que concierne al nivel de recursos económicos que se le presta a los estudiantes de las escuelas publicas.
Según el reporte, el estado invierte alrededor de 6,010 dólares por cada estudiante cuando el promedio nacional es de 7,734; algunos estados como Nueva York proporcionan a sus estudiantes hasta 10 mil dólares por alumno.
Los
recursos que Arizona le asigna a cada estudiante
mientras adquiere su educación básica ponen al
estado en el último lugar entre los 50 que
conforman el país.
En otros aspectos concernientes a la educación
del estado, el estudio mostró un panorama más
favorable, aunque no del todo satisfactorio. En
el área de atmósfera escolar, la calificación
fue de C, lo cual sitúa a Arizona en un nivel
promedio y finalmente el estado recibió una B a
la hora de crear planes que responsabilicen a
las escuelas estatales por su desempeño e
interacción con los estudiantes.
Tom Horne, superintendente de educación estatal,
comentó que estaba muy sorprendido y disgustado
al enterarse de los resultados presentados por
el reporte.
“Llevo 20 años de mi carrera luchando para que
se eleve el nivel de recursos que se le otorga a
los estudiantes, yo pienso que los legisladores
deben de prestar más atención a este tipo de
problemas”.
El superintendente argumentó que a pesar de la
falta de recursos para la educación, al momento
se están implementando estrategias que
incrementen el nivel de aprovechamiento de los
estudiantes.
De acuerdo con hallazgos del Instituto
Goldwater, en el ámbito mundial la educación
estadounidense se encuentra en un estado
deplorable, ya que la mayoría de los estudiantes
de 15 años muestran niveles de aprovechamiento
menores al de los alumnos de otros países.
Actualmente en el estado se implementa el examen
de conocimientos básicos AIMS, el cual a partir
de 2006 será obligatorio aprobar para obtener un
diploma de secundaria.
Según varios expertos en educación y miembros de
la comunidad, obligar a los estudiantes a pasar
el examen como condición para graduarse podría
ser un arma de doble filo.
Estadísticas recientes revelan que en 2003, el
60 por ciento de los estudiantes que tomaron el
examen reprobaron la sección de matemáticas, 41
por ciento el área de lectura y 38 por ciento el
área de escritura.
Sal Gabaldon, experto en educación bilingüe,
comentó que la implementación de los exámenes
podría afectar significativamente a los
estudiantes latinos.
“Las personas que aplican los exámenes no
consideran varios aspectos. Uno de ellos es que
muchos de los nuevos alumnos que ingresan al
estado no cuentan con un total dominio del
inglés, lo cual podría afectar negativamente el
resultado de su examen y les podría impedir
graduarse afectando aún más su futuro”, afirmó.
Contacte al reportero: adrianasanchez@ashlandmedia